Consejos

Una propuesta poco razonada de eliminar los albergues públicos

El presidente de los empresarios de Arousa, José Luis Vilanova, ha dicho dos cosas: una que resulta difícil no firmar y otra que entra en el terreno de la incomprensión. De la suya. La primera es que el turismo en O Salnés debe ser de calidad, buscando la excelencia. La segunda, que hay que cerrar todos los albergues públicos del Camino de Santiago. No especificó si se refiere a los de esa zona —que entonces hasta se merecería el aplauso, pero porque por ahí pasa un desvío que no es Camino en absoluto— o a todos los de Galicia. Porque de ser este último el caso, demostraría que Vilanova no tiene ni remota idea de qué es el Camino y en qué consiste su modelo, exportado a todo el mundo hasta el extremo de que, con albergues públicos, hay señalizados en Europa 80.000 kilómetros de rutas jacobeas.

Éxito del Camino Inglés

El número de peregrinos en el Camino Inglés (y no solo en él) se ha disparado a lo largo del año y a estas alturas ya ha sobrepasado los veinte mil. Es decir, un 25 % más que en el 2019. El éxito sorprende, pero tiene explicación. Para empezar, el itinerario se hace en seis días tranquilamente desde Ferrol, una ventaja de la cual también disfruta el Portugués histórico, por Tui. Pero además hay un trabajo de promoción constante de la Diputación de A Coruña en Gran Bretaña, pero también en Italia, y una labor infatigable de la Asociación de Concellos do Camiño Inglés. ¿El peligro? Morir de éxito. Con la infraestructura existente sería mala noticia que esa ruta siguiese con ese ritmo de crecimiento.

¿Un tiro en el pie?

La avalancha de peregrinos y caminantes varios que registró Santiago en septiembre carece de antecedentes históricos. Pero vuelve a plantear el debate de qué hacer con un producto que no es turístico (aunque el turismo sea una de sus consecuencias) y que acoge a peregrinos auténticos y a senderistas variopintos. Y si ese debate no existe en Silleda o en Betanzos, sí obliga a definirse a Xunta y partidos políticos compostelanos de cara al año que viene. Porque de seguir así, Galicia se está pegando un tiro en el pie. O sea, pan para hoy y hambre para mañana.

Autor: Cristóbal Ramírez / Fonte: La Voz de Galicia